En la actualidad, las industrias están tomando fuerza y las empresas crecen cada vez con más rapidez. El desarrollo de estas compañías se ve reflejado en la implementación de nuevas tecnologías que, al adaptarse, denotan crecimiento organizacional; en los cambios en las técnicas de producción y en la adquisición de nuevos equipos industriales. A raíz de el crecimiento, se presentan variaciones en el requerimiento de aire comprimido y, por ende, determinadas insuficiencias en los mecanismos previamente instalados.

Así pues, lo más apropiado al notar un gran ritmo de crecimiento empresarial es realizar un estudio que mida el rendimiento de las instalaciones de aire comprimido en un periodo de tiempo ordinario. Con el resultado arrojado por esta observación se obtiene una adecuada perspectiva de la condición en la que se encuentra el establecimiento. Luego de realizar una apropiada auditoria, se pueden tomar las medidas necesarias para mejorar el rendimiento y funcionamiento de la producción y la empresa.

¿Qué debemos medir? Para empezar, se debe saber que la manera correcta de auditar una instalación de aire comprimido es colocar, en dichas herramientas, un sensor que mida permanentemente el funcionamiento del mismo en un tiempo apropiado. El lapso al que nos referimos es, aproximadamente, una semana en la cual los trabajos se realicen con normalidad y así poder acercarnos lo más posible a datos reales y verídicos de la marcha de la instalación.

Teniendo dos tipos de compresores, el sensor realiza un trabajo independiente para cada uno de ellos, en los cuales se reflejan datos (capacidad del aire en determinadas horas) apropiados en cada caso. Para los compresores fijos, por ejemplo, se obtienen datos acerca de su tiempo de carga, descarga y parado; y con los compresores con variador de aceleración o velocidad, se consiguen cifras acerca de su velocidad concreta y verídica. Con estos datos se obtiene un punto de referencia de la verdadera demanda y la energía que se requiere para cubrirla.

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Más variables a tener en cuenta en la auditoria La presión que tiene el aire comprimido en dos puntos fundamentales: primero, el que se encuentra detrás del tratamiento de aire, y segundo, en el espacio más sensible de la instalación. Cantidad concreta y real del aire comprimido demandado por la herramienta con la instalación de caudalímetros. Contribuciones del estudio Además de todo lo mencionado anteriormente, el análisis nos ayuda a realizar algunos simulacros con perfeccionamientos y cambios en las instalaciones. De esta manera, podemos aumentar la eficiencia tanto de la producción como del consumo del aire comprimido. Es más, con las simulaciones se estudia el impacto que tienen los cambios en la instalación como tal.

Así mismo, con las auditorías se puede recuperar hasta el 70% de la energía proporcionada al compresor, ya que, a veces, arroja datos que permiten reconocer una necesidad de instalar compresores más pequeños para los momentos que se use menos aire comprimido en la industria. Por otro lado, el análisis también ayuda a encontrar, si es el caso, fugas que se puedan presentar.

Por último es necesario expresar: si se conoce la necesidad real, no se presentan desperdicios de energía ni insuficiencias en el funcionamiento industrial. Es así como se entiende la relevancia de las auditorías.